
Han pasado cerca de dos meses, donde se han escuchado posturas más que positivas, políticas. Y ¿Qué ha pasado con ello?... nada.
Y es lamentable que a pesar de tener a excelentes académicos en la materia, se ha vuelto ring de políticos o personajes pagados por partidos para exponer el si o no a la reforma energética.
Se ha denigrado un verdadero ejercicio democrático donde se puedan escuchar y discutir posturas diversas sobre un mismo tema.
Si analizamos los debates, nos damos cuenta las posturas e ideologías con la que vienen los ponentes al Senado de la Republica: algunos defienden la reforma del Presidente Calderón; otros, la apuestan a una contrarreforma que modifique la esencia de Petróleos Mexicanos; algunos con su visión de Estado, ubican que la empresa mexicana necesita inversión extranjera o nacional, pero que es urgente.
Y podemos a grandes rasgos ubicar su discurso, su método, pero lo que no podemos ubicar es una solución, una propuesta, una metodología para poder garantizar que PEMEX necesita un cambio sustancial.
Se dice que los dados están echados, que la reforma pasa con PAN y PRI, con los cambios que Manlio Fabio y Felipe Calderón decidan hacer para aprobarla, sin que se privatice y así, sea un logro más del Presidente.
Mientras, Marcelo hace gala de política popular y utiliza una figura democrática llamada plebiscito donde no se contempla en la Constitución, pero que es un ejercicio social para poder participar en un tema de interés nacional, dejando a un lado “el viernes negro”…
¿Y los debates del senado? Bien, gracias.
Y es lamentable que a pesar de tener a excelentes académicos en la materia, se ha vuelto ring de políticos o personajes pagados por partidos para exponer el si o no a la reforma energética.
Se ha denigrado un verdadero ejercicio democrático donde se puedan escuchar y discutir posturas diversas sobre un mismo tema.
Si analizamos los debates, nos damos cuenta las posturas e ideologías con la que vienen los ponentes al Senado de la Republica: algunos defienden la reforma del Presidente Calderón; otros, la apuestan a una contrarreforma que modifique la esencia de Petróleos Mexicanos; algunos con su visión de Estado, ubican que la empresa mexicana necesita inversión extranjera o nacional, pero que es urgente.
Y podemos a grandes rasgos ubicar su discurso, su método, pero lo que no podemos ubicar es una solución, una propuesta, una metodología para poder garantizar que PEMEX necesita un cambio sustancial.
Se dice que los dados están echados, que la reforma pasa con PAN y PRI, con los cambios que Manlio Fabio y Felipe Calderón decidan hacer para aprobarla, sin que se privatice y así, sea un logro más del Presidente.
Mientras, Marcelo hace gala de política popular y utiliza una figura democrática llamada plebiscito donde no se contempla en la Constitución, pero que es un ejercicio social para poder participar en un tema de interés nacional, dejando a un lado “el viernes negro”…
¿Y los debates del senado? Bien, gracias.